jueves, 2 de agosto de 2018


“Para ser feliz no se necesita tener pelo”: Ana María Ramírez

El mundo de la moda no es solo para mujeres altas, flacas y esbeltas, pues cada vez se rompen más los tradicionales estereotipos de belleza y marcas como Kinira Swimwear así lo demuestran.

Esta empresa antioqueña de vestidos de baño creada por las hermanas, Margarita y Carolina Mejía, elaboraba inicialmente trajes para mujeres con unas medidas estándar, pero tras analizar el mercado, se percataron de la importancia de crear piezas para personas de talla grande.  

Con esta idea de negocio participaron en 2014 en una convocatoria del concurso Capital Semilla de la Alcaldía de Medellín. Lograron ganárselo y, con los beneficios recibidos, constituyeron oficialmente la empresa y pudieron materializar todos los diseños.

Al año siguiente, participaron en Épica Reto de Innovación, programa de Inexmoda y la Alcaldía de Medellín con el cual lograron posicionar aún más su marca e incrementar sus ventas. Sus vestidos de baño no solo los lucen las mujeres colombianas, pues ya han conquistado otros mercados, como por ejemplo las Islas Canarias (España).  

En esta versión número 29 de Colombiamoda, Kinira Swimwear, presenta su colección Raíces, inspirada en la herencia y el patrimonio de diferentes culturas del país. Ana María Ramírez, una venezolana, ahora también con nacionalidad colombiana, es una de las modelos que lucirá las nuevas creaciones de la marca.

“Soy la primera modelo curvi con alopecia, una condición que lo que hace es quitar el cabello, nada más. No todo es el físico, el estereotipo como tal. Yo creo que rompo con todo eso considerado como normal”, afirma Ana María.

Tiene 23 años y, en el segundo día de feria, luce con orgullo una camisa blanca. Mucha actitud y mi vida con alopecia son los mensajes que lleva plasmados en ella, porque como bien dice, “todos podemos lograr lo que queremos”, además, busca mostrarle al resto de personas cómo es la vida con esta condición que le fue diagnosticada cuando tenía seis meses.

“La alopecia se deriva en muchos tipos. La que yo tengo es la universal, que es como la más extensa, la de la pérdida de cabello en todo el cuerpo. Mi caso no tiene cura”, señala. 

Ana María es una mujer perseverante, empoderada, le encanta bailar y espera poder crear una fundación para personas con alopecia. Insiste en que la actitud lo es todo, además, tiene muy claro que para ser feliz no necesita tener pelo.


miércoles, 11 de julio de 2018


Don Gabriel y su chaza custodiada

El comercio es uno de los protagonistas del Centro de Medellín. En este lugar de la ciudad pululan una gran cantidad de vendedores formales e informales, uno de ellos es don Gabriel Pareja. 

Nació el 9 de abril de 1959 en Fredonia, Antioquia. Hace 35 o 40 años, decidió radicarse en la “capital de la montaña” en busca de un mejor porvenir. De sus casi seis décadas de vida ha dedicado la mitad a trabajar en el sector de la construcción.

Recuerda con orgullo, pero también con un poco de desilusión, la época en la que laboró haciendo algunas de las vigas del Metro desde 1993 hasta la inauguración del mismo en 1995. Fueron dos años de trabajo, pero según él, solo le cotizaron 60 días dentro del sistema pensional.

“Hay muchas semanas perdidas. Me dijeron que tenía derecho a demandar, sin embargo, ya fue muy tarde. Varios abogados me comentaron que sí se podía, pero hasta tres años después”, manifiesta.

Don Gabriel tuvo que dejar las cosas así, pues cuando quiso hacer algo al respecto ya no había nada por hacer y, al parecer, esa no fue la única vez que lo engañaron, pues según sus cuentas, debería tener un total de 1.118 semanas cotizadas, pero le aparecen registradas 673, es decir, 445 menos.

Se quedó sin empleo el 17 de marzo de 2017. A partir de ese momento comenzó a enviar hojas de vida, pero no ha podido conseguir trabajo. Ante la situación, algunos de sus hermanos (tiene 16 en total) le dijeron que se pusiera a vender dulces en el Centro. Lo motivaron tanto que incluso le compraron una chaza de madera, que por cierto, le pesa mucho, pues se la cuelga en el cuello y camina con ella por diferentes lugares de dicho sector.

Atrás quedaron sus labores de albañil, plomero y enchapador de pisos, ahora vende tintos, chiclets, confites y cigarrillos. “La primera vez que la surtí me fui para una cigarrería, se me fueron como 460.000 mil pesos”, señala.

Vive desde hace ocho meses en el barrio El Salado, ubicado en la Comuna 13. Cada mes paga 180.000 pesos por una pieza. De allí sale a trabajar de lunes a sábado a las 4:00 a.m. “Llego temprano acá a Parque Berrío y me quedo un rato, hasta las 7:15 que abren el Éxito de San Antonio. Ahí afuera estoy hasta las 11:30, después me voy para el andén del Camino Real; luego para Bolívar, el Parque Botero y vuelvo al Parque Berrío”, afirma. Los domingos los tiene destinados para lavar su ropa, cocinar, arreglar la pieza y ver televisión.

Lo mínimo que vende en un día son 6.000 pesos, aunque la cifra ha llegado incluso a triplicarse, solo que ha sido pocas veces. Trabaja hasta las cinco de la tarde y tras finalizar su jornada laboral, coge un bus y se dirige a su casa para descansar, pero primero organiza su chaza en la cual carga su mercancía, dos revistas, un periódico y una imagen de María Auxiliadora que se encontró hace poco en la calle y que ahora custodia sus pasos. En un costado de esta, cuelga una bolsa negra para echar la basura y en una de sus manos carga un termo con tinto.

Don Gabriel siente dolor en los hombros y en la espalda, fruto del peso que carga durante seis días a la semana, para aminorarlo utiliza agua con sal y una pomada caliente.

Él sabe que lo suyo es la construcción, por ahora, debe ganarse el sustento como vendedor ambulante. “Le pido a Dios que cuando me pensione me pueda quedar en la casa”, concluye.


domingo, 9 de julio de 2017



Mujeres, blanco de agresiones en Colombia 

En el país las agresiones contra las mujeres no cesan. Y es que basta con mirar distintos medios de comunicación para toparse con diferentes historias en donde el maltrato hacia estas es una constante.

Las redes sociales también han sido el escenario para visualizar y rechazar esta problemática. En días pasados circuló un video en donde quedó en evidencia el maltrato hacia una mujer en El Carmen de Viboral, municipio del Oriente antioqueño, al parecer a manos de su pareja. Pese a la fuerte golpiza que recibió, las autoridades no tienen una denuncia por parte de la víctima.

Situación que deja entrever una problemática en la que muchas veces ni siquiera se toman medidas al respecto, como por ejemplo poner en aviso a las autoridades en cuanto a este hecho y denunciar al responsable del mismo. En ocasiones prefieren callar y seguir al lado de sus agresores.

Este suceso generó muchas reacciones por parte de los cibernautas. Algunas personas lamentaron el hecho a través de mensajes y mostraron su inconformismo frente al mismo, pero también hubo espacio para quienes justificaron el hecho, aduciendo una posible infidelidad por parte de la víctima.

“Estos ataques no son fruto de las drogas o el alcohol, son producto de la mentalidad de la gente, y de los mensajes cotidianos que la sociedad está recibiendo: agresiones, celos, posesión. La mayor parte de la violencia contra las mujeres es una violencia intrafamiliar, de pareja. No es que cualquiera las agreda en la calle porque son mujeres. Muchas de ellas disfrutan, toleran y propician las agresiones. Pese a saber que son maltratadas, dicen que aman a sus parejas y  creen que son amadas e incluso piensan que sino las agreden o las celan es porque no hay un interés de sus parejas hacia ellas, eso es fatalismo”, manifestó Juan Carlos Pimienta Mesa, antropólogo.

Quienes son agredidas deben enfrentarse también a una presión social. Amigos,  familiares e incluso desconocidos las instan muchas veces para que pongan en conocimiento los casos de maltrato de los cuales son víctimas, pero en ocasiones se niegan a hacerlo por temor a perder a su ser querido e incluso por miedo a futuras represalias por parte de este. Tienen que luchar con una situación personal que pone en riesgos sus vidas, pero también deben afrontar los temores provenientes del qué dirán, los juicios de valor emitidos por aquellos que conocen la situación y que les exigen una forma de proceder determinada que en ocasiones ni siquiera es concebida por las mismas.

Muchas mujeres son víctimas de fuertes agresiones físicas, psicológicas, emocionales y sexuales. El maltrato no es fruto exclusivo de los golpes, también el uso de insultos y palabras inadecuadas afectan su integridad. Algunas soportan en silencio estos ataques y siguen llevando el rumbo de sus vidas como si nada estuviese pasando, pero no todas sobreviven a estos hechos de violencia.  

Según datos revelados por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses en 2014 se registraron en el país 810 homicidios de mujeres; en 2015 la cifra disminuyó a 670, pero en 2016 pasó a ser de 731 casos. Del primero de enero al 5 de abril del año en curso se registraron 204 hechos de este tipo. Durante los últimos tres años las mujeres solteras fueron las principales víctimas mortales, seguidas de aquellas que vivían en unión libre. Cabe decir que el día de la semana que registra una mayor incidencia en cuanto a este tipo de actos es el domingo. 

“Siguiendo la tendencia de la violencia en Colombia, el mayor mecanismo causal de los homicidios de mujeres es el proyectil arma de fuego, siendo el responsable del 60,2% de los casos del 2014, del 58,2 del 2015, y del 54,3 del 2016. En este último año vemos un incremento en los casos causados por mecanismos contundentes, cortocontundentes, cortopunzantes y los generadores de asfixia”, señaló la misma entidad a través de un informe.

En el país está habilitada desde noviembre de 2015 la línea nacional 155 donde son atendidas las emergencias relacionadas con violencia de género. A través de esta las mujeres acceden a información, orientación, y apoyo frente a casos de violencia; además, pueden recibir orientación en materia jurídica y en temas de salud.

Esta línea funciona las 24 horas del día y se puede marcar desde cualquier operador de telefonía fija o móvil en el país. Una herramienta con la que las autoridades buscan aminorar los actos de violencia y mejorar los canales de denuncia.

El pasado mes de mayo se realizó en Medellín el lanzamiento oficial por parte de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá y la Alcaldía. “Es nuestra misión crear conciencia y unir esfuerzos para prevenir hasta lograr que en nuestro país se termine la violencia contra la mujer, también es una responsabilidad de todos los habitantes de nuestro país mantenerse unidos a esta preocupación y contribuir con nuestras estrategias de seguridad y prevención frente al tema de violencia contra la mujer”, señaló la Policía Nacional a través de un comunicado.

En 2008 fue promulgada en Colombia la Ley 1257 que tiene como objeto “la adopción de normas que permitan garantizar para todas las mujeres una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado, el ejercicio de los derechos reconocidos en el ordenamiento jurídico interno e internacional, el acceso a los procedimientos administrativos y judiciales para su protección y atención, y la adopción de las políticas públicas necesarias para su realización”.  

Los ataques contra las mujeres se siguen registrando pese a la normativa existente. De hecho, muchas veces los agresores que son capturados, son puestos en libertad, situación que puede convertirse en un peligro para sus víctimas, pues en ocasiones deben enfrentarse de nuevo a los maltratos.

Ahora bien, muchas mujeres deciden demandar a sus agresores, que a veces son sus parejas sentimentales, pero no hay un avance con sus denuncias, porque con el pasar de los días, algunas se arrepienten de haberlas instaurado y deciden retirarlas, por lo tanto no hay un castigo para sus victimarios.

El 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) esta evocación se da debido a que:

·    La violencia contra la mujer es una violación de los derechos humanos.
·   La violencia contra la mujer es consecuencia de la discriminación que sufre, tanto en leyes como en la práctica, y la persistencia de desigualdades por razón de género.
  ·      La violencia contra la mujer afecta e impide el avance en muchas áreas, incluidas la erradicación de la pobreza, la lucha contra el VIH/SIDA y la paz y la seguridad.
  ·      La violencia contra las mujeres y las niñas se puede evitar. La prevención es posible y esencial.
 ·      La violencia contra la mujer sigue siendo una pandemia global. Hasta un 70% de las mujeres sufren violencia en su vida.

En dicha fecha organismos internacionales, activistas de mujeres y gobiernos buscan hacer un llamado a la sociedad para recordarle la problemática que existe en cuanto a la violencia de género. Una conmemoración que invita a la reflexión y a la prevención frente a este tipo de actos.

Algunas mujeres deciden soportar los maltratos en su contra y continuar con sus vidas como si nada malo estuviera ocurriendo en ellas. Otras, optan por poner fin a sus relaciones sentimentales y asumir las consecuencias que esto puede traer consigo. Muchas muertes han sido anunciadas por parte de los agresores, amenazas que no se quedaron en palabras y que han silenciado la vida de centenares de mujeres.

“Este fenómeno es totalmente deplorable. En el fondo es producto del miedo del hombre al placer de la mujer, pues siente temor de su autonomía, porque posee un mayor umbral del dolor y del goce. El hombre es más fuerte en potencia inmediata, pero en una fuerza diferida en el tiempo, en el aguante, en la constancia, la mujer es superior a él. Si la mujer se lo propusiera podría superar en muchos aspectos al hombre”, expresó Juan Carlos Pimienta Mesa, antropólogo.

Nada justifica los ataques contra las mujeres. Debe haber un empoderamiento por parte de estas. Es importante que rompan el silencio en el que en ocasiones están inmersas y que cambien sus paradigmas, eso de que si te agrede, es porque te quiere, está mandado a recoger. 

En septiembre arribará el papa Francisco a Colombia

La visita del papa Francisco a Colombia fue confirmada el pasado 7 de marzo por el Nuncio Apostólico, monseñor Ettore Balestrer, quien desde la Conferencia Episcopal señaló que el sumo pontífice estará del 6 al 10 de septiembre de 2017 en cuatro ciudades del país: Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena.

Esta noticia fue tomada con agrado y rechazo por parte de los ciudadanos. En diferentes redes sociales comenzaron a circular campañas a favor y en contra de la visita del máximo jerarca de la Iglesia Católica.  

El país se polarizó ante este hecho, que de entrada ya es catalogado como histórico, si se compara con la mayoría de sus viajes pontificios que normalmente, hacen parte de una gira por distintos destinos.

Se estima que la visita del papa Francisco podría tener un costo de 8 a 10 millones de dólares. Un gasto elevado que al parecer, será compartido entre el Estado y la Iglesia.

Según el diario La República, la visita que el papa realizó a México en 2016 tuvo una inversión de 10,1 millones de dólares. Las ganancias que quedaron tras su paso por el país azteca cuadruplicaron la cifra, lo que demuestra un gran movimiento económico tras la visita del sumo pontífice a esta nación.

Si las cosas salen como están previstas, el papa Francisco arribará el 6 de septiembre a la capital colombiana a eso de las 4:30 p.m. en un avión de Alitalia. Estando en Bogotá sostendrá una reunión con el presidente de la República Juan Manuel Santos. El 8 de septiembre viajará rumbo a Villavicencio en un avión de la aerolínea Avianca, la cual se encargará de todos sus vuelos. El 9 estará en Medellín y el 10 finalizará su recorrido en Cartagena, fecha en la que regresará a Roma en un vuelo programado para las 6 p.m.

El cardenal Rubén Salazar, máxima autoridad de la Iglesia Católica en Colombia, señaló en una entrevista realizada por el periódico El Tiempo que  “Verdaderamente queremos que la visita del santo padre motive a todo el país para que abandonemos el pasado de rencillas y de enfrentamientos y construyamos un país mejor. Un país solidario y justo donde todos podamos vivir tranquilos, en paz, donde todos podamos tener acceso a nuestros derechos y podamos cumplir con nuestras obligaciones”.

La visita del papa se da en un momento crucial para el país, pues se tiene previsto que justo en septiembre, mes en el que arribará a Colombia, las Farc terminen de entregar todas las armas que tienen en su poder.

Tras el anuncio de la visita del papa Francisco, ha empezado a tener fuerza en el país el tema del jubileo. De hecho en el Congreso de la República se están estudiando tres proyectos de Ley que buscan reducir las penas carcelarias de por lo menos 40.000 personas. Una disminución que podría ser equivalente a la quinta o sexta parte de sus condenas, siempre y cuando los cargos sean menores, pues no tendrían por ejemplo cabida delitos como violación, homicidio o de lesa humanidad.

Una medida que no sería suficiente para la gran crisis carcelaria que enfrenta Colombia. Además lo que algunas personas cuestionan es la falta de interés por parte del Estado para contrarrestarla, pues necesita de la visita de un papa para hacer algo al respecto, cuando es evidente el hacinamiento que se presenta en muchas cárceles del país y la gran cantidad de problemas que esto trae consigo.

Colombia recibió antes la visita de dos máximos jerarcas de la Iglesia Católica. El 22 de agosto de 1968 llegó al país el papa Pablo VI, quien se convirtió ese día en el primer pontífice en visitar un país latinoamericano. El primero de julio de 1986 el turno le correspondió a Juan Pablo II.

Después de un poco más de tres décadas el país será el escenario de un encuentro religioso y de gobierno, que convocará a miles de personas de distintos lugares del territorio colombiano y que atraerá a centenares de extranjeros. La visita del papa Francisco será recordada por muchos y potenciará a Colombia como destino turístico. 

domingo, 25 de diciembre de 2016

“El Jumbo” Acosta, una estrella del patinaje que no ha dejado de brillar 


Foto: cortesía

La bandera de Colombia nuevamente se ondeó en lo más alto. Con emoción y alegría fue entonado en veinte oportunidades el Himno Nacional en Nanjing, China, en el Mundial de Patinaje de carreras realizado del 11 al 18 de septiembre.
29 patinadores ratificaron el potencial que Colombia tiene en este deporte, por encima de países como Estados Unidos e Italia. En esta ocasión se adjudicaron un total de 20 medallas de oro, 16 de plata y 9 de bronce, lo que les permitió obtener por séptima vez consecutiva el primer puesto de las justas. Cabe decir, que la delegación colombiana ha quedado campeona en catorce oportunidades.
El departamento de Antioquia ha puesto su cuota en este deporte. A lo largo de los años grandes figuras han demostrado su potencia en las pistas nacionales e internacionales. Algunas ya cumplieron su ciclo, pero se han mantenido vigentes en la memoria de deportistas, periodistas y amantes de este deporte. Tal es el caso de Juan David “El Jumbo” Acosta, quien fue 12 veces campeón, 7 veces subcampeón y en 5 oportunidades ocupó el tercer puesto a nivel mundial.
El escenario testigo de muchas de sus hazañas fue el Patinódromo Guillermo León Botero Naranjo, el cual lleva el nombre de otra gran figura del patinaje, a la que le arrebataron la vida violentamente el primero de diciembre de 1994. Botero fue el ejemplo a seguir de “El Jumbo”, la inspiración de muchos deportistas que quisieron imitar sus pasos. Un grande de las pistas, al que le silenciaron los sueños y el futuro prometedor que apenas estaba empezando a construir.  La pista de carreras fue remodelada y entregada a la ciudadanía el pasado 26 de agosto. Ahora, cuenta con las normas establecidas por la Federación Colombiana de Patinaje. Sus medidas se redujeron de 250 a 200 metros.
A “El Jumbo” le regalaron sus primeros patines a los cinco años. Tuvo la oportunidad de ingresar becado a una escuela de patinaje. Comenzó en el deporte gracias al apoyo de sus padres, quienes siempre estuvieron ahí para respaldarlo. De hecho, lo llevaban a las clases que tenía y también a las canchas de la unidad en la que vivían para que pudiera practicar. Poco a poco se fueron dando las cosas, y en un solo año, logró pasar los niveles que necesitaba para empezar a correr en la categoría novatos.
En el patinaje duró 19 años. Su retiró se dio debido a un tema de salud. En 2001 se vio afectado por un cansancio psicológico, debido a tantos años de entrenamiento duro, así que quiso tomar un receso en el deporte. Dos años después, en noviembre de 2003, decidió volver a las pistas, pero su retiro había traído consigo un aumento de peso significativo. En 2005, y luego de disputar los Juegos Bolivarianos de Armenia, en donde ganó la prueba maratón, sufrió un preinfarto. Su cuerpo fue víctima de una sobrecarga, producto de tanto esfuerzo, y no tuvo más opción que retirarse joven del patinaje, y en un gran nivel, hecho que aún recuerda con un poco de nostalgia.

Foto: cortesía

Hace catorce meses se radicó en la Ceja, Antioquia. Actualmente se encuentra haciendo dos especializaciones, una para ser entrenador deportivo y otra para ser experto en entrenamiento deportivo, con el fin de potenciar los conocimientos que ya tiene, producto de su experiencia.
“Siempre he estudiado, he llevado el tema de la educación a la par del deporte. Tuve oportunidades de beca en el patinaje, en el colegio y en la universidad. Estudié Administración de Empresas. Después ingresé a trabajar en una entidad financiera, en la cual llevo diez años. Y realicé una especialización en Alta Gerencia”, señala.
Su amor por el patinaje sigue intacto. Ha capacitado a diferentes equipos. En este momento entrena a deportistas de Marinilla y La Unión. Además, decidió crear su propio club, el cual lleva su nombre, para seguir incentivando el amor por esta disciplina, un proyecto que ya es un hecho.
“Quiero que sea un club importante, no solo en el Oriente antioqueño, sino también a nivel departamental, nacional. Quiero llevar deportistas a la Selección Colombia y que sean campeones mundiales. Algunas de las características fuertes que me reconocen son: la disciplina, la perseverancia y la humildad, valores que me inculcó mi familia, y con los cuales quiero formar a los futuros deportistas de este país”, manifiesta.
En cuanto a la participación reciente de la delegación colombiana de patinaje Juan David expresa que “Colombia barrió, borró, demostró y sigue demostrando que es una potencia en patinaje. Pero sí hay algo muy importante que tenemos que tener en cuenta los antioqueños y es que nuestra participación en la Selección Colombia ha disminuido de una manera muy notoria, entonces, a ese indicador es al que quiero apuntarle más adelante, para que volvamos a ser uno de los departamentos que coloquemos más deportistas en el seleccionado nacional”.
“El Jumbo” ha ido recuperando poco a poco su condición física. “En el último año logré bajar 17 kilos, eso me ha permitido mejorar mi calidad de vida, e hizo que me animara otra vez a correr, no profesionalmente, pero sí en novatos", expresa. Un hecho que trajo de vuelta a las pistas a un gran velocista y que lo colmó de satisfacción y alegría.
El pasado 30 de julio “El Jumbo” volvió a elevar el vuelo. Esta vez, en la primera Copa Antioquia de patinaje de carreras que se realizó en el municipio de Guarne. Allí, recibió un pequeño homenaje y compitió tras 11 años de su retiro. Un acontecimiento bastante significativo para él y para los amantes de este deporte. Pese al transcurrir del tiempo, el máximo medallista mundial antioqueño, ganó de nuevo  en los 200 y 500 metros y demostró que lo que se aprende no se olvida.
“Dos pruebas que corrí, dos pruebas que gané. No estaba preparado para ganar o hacer un récord de pista, la filosofía era llevarle un mensaje a todas las personas de que se puede hacer deporte a cualquier edad y que hay que cuidar nuestra salud”, puntualiza.
Juan David “El Jumbo” Acosta no tuvo una despedida que oficializara por lo alto su retiro de las pistas, pero será recordado como uno de los mejores patinadores en la historia de este país, gracias a los múltiples triunfos que alcanzó y a la preparación que ahora emprende de los futuros campeones de la máxima potencia del mundo en este deporte.


La vejez: el peso de los años 


Teresa Sánchez tiene 70 años. Nació en Medellín. Nunca tuvo hijos. Tampoco se casó. De hecho solo ha tenido un novio a lo largo de estas siete décadas, Luis Hugo Quiroz, su único amor, al que un accidente de tránsito le arrebató para siempre. Desde ese momento supo que no quería volverse a enamorar, para evitar el sufrimiento que trae consigo la ausencia, la pérdida de un ser amado. Hoy lo recuerda con menos nostalgia que antes, sabe que el pasado quedó atrás y que solo puede mirar hacia adelante y pensar en los años que le quedan.
Vive en una pensión ubicada en el barrio Boston. Debe pagar mensualmente 172.000 pesos por una pieza pequeña. Solo tiene un nochero, una cama y un ropero. El lugar es una casa de una planta. En ella habitan un total de 37 personas, las cuales deben compartir tres baños. La comida debe rebuscársela por su cuenta.
Según la Ley 1276 de 2009 “se consideran personas adultas mayores a mujeres y hombres que tienen 60 años o más. También pueden ser personas mayores de 50 años cuando se encuentran dentro de las poblaciones en riesgo, y sus condiciones de desgaste físico y mental así lo determinen". En Medellín existe una Política Pública de envejecimiento y vejez, producto del Acuerdo número 08 de 2012, el cual tiene como objetivo consolidar una cultura alrededor de la protección de los derechos de esta población.
El  Plan de Desarrollo Medellín cuenta con vos 2016-2019 incluye el Programa: Por un envejecimiento y una vejez digna. En el cual se tienen inicialmente, destinados 115.824 millones de pesos. Según el Departamento Administrativo de Planeación (DAP), en la ciudad hay aproximadamente 2.486.723 habitantes, de los cuales alrededor de 395.767 son adultos mayores. Lo que representa el 15,9% del total de la población.
Teresa ha tenido diferentes trabajos a lo largo de su vida. Laboró por varios años en una empresa de confecciones. Llegó a cuidar niños y hasta hizo arepas. Hace 16 años decidió vender dulces a las afueras de un almacén de cadena ubicado en el barrio Suramericana. Desde entonces, trabaja de lunes a viernes de 10:00 a.m.  a 6:00 p.m. con una chaza roja llena de confites, chiclets y cigarrillos colgada en el pecho.
Hace varias semanas se enfermó, así que decidió consultar qué tenía con un médico particular que le cobró $25.000 por atenderla. El diagnóstico fue un fuerte virus y una infección en el oído. Este le recetó medicamentos, pero su situación económica no le permitió conseguirlos todos.
Teresa no tiene Eps y tampoco Sisbén. El poco dinero que gana lo debe utilizar para su sostenimiento. Ante este percance de salud se vio obligada a guardar reposo. “Lina, una señora que vive a tres cuadras de la pensión, me prestó una platica con la que estoy subsistiendo. Por ahora no estoy trabajando, pero con la ayuda de Dios cuando me sienta mejor voy a volver”, manifiesta. Todavía se siente frágil. Bajó mucho de peso, no sabe cuánto, pero tiene claro que su cuerpo lo refleja. “Estoy en los huesos”, señala.
El primero de octubre se conmemora el Día Internacional de las Personas Mayores, mientras que en Colombia, se celebra el 28 de agosto. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta fecha “es una oportunidad para poner de relieve la importante contribución de las personas mayores a la sociedad y para concienciar sobre los problemas y los retos que plantea el envejecimiento en el mundo actual”.
Una investigación de la Universidad Externado de Colombia señala que el 75 por ciento de los adultos mayores del país no recibe ninguna pensión. Hecho que demarca un futuro incierto para ellos, pues ante la escasez de recursos económicos y la imposibilidad de laborar, por su avanzada edad, surgen una serie de incertidumbres y problemáticas al respecto. A esto se le suma, que en muchas ocasiones no cuentan con el respaldo de sus familiares.
El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses señala que entre enero y agosto del año en curso se han registrado en el país 154 suicidios de personas de esta población, de los cuales 19 se registraron en Antioquia. Situación que ubica al departamento en el primer lugar a nivel nacional dentro de esta problemática.
Entrevista realizada a Alexánder Echeverri, especialista y magíster en intervención psicosocial
¿Cómo ve el papel de los adultos mayores dentro de la sociedad?
Muchas culturas tienen al adulto mayor como sinónimo de sabiduría, ya que a través de su memoria a largo plazo tienen la posibilidad de contar y remembrar toda una historia de generación en generación, como por ejemplo pasa en la cultura israelita. Muchas veces los adultos mayores son rechazados, pero aquellos que han consolidado una familia fundada en valores, respeto y unidad gozan de la compañía de sus seres queridos, sin embargo, los que no tienen fortalecidos esos lazos pueden ser abandonados.
¿Por qué cree usted que terminan los adultos mayores en un asilo?
Una de las razones es el abandono por parte de los más allegados, el cual se debe también, en ocasiones, a una repercusión dentro de la propia historia de los adultos mayores, tal vez en algún momento abandonaron su núcleo familiar. A veces las personas que tienen muchas enfermedades se convierten en un lastre, en una carga para la familia y, se vuelve insostenible, tener a alguien en esas condiciones. Por lo tanto, las familias recurren a espacios como centros geriátricos para que allí les ayuden a sus seres queridos a terminar en unas mejores condiciones la etapa de la vejez.
¿Según medicina legal el abandono y la depresión son las principales causas de suicidio dentro de esta población, qué opina usted al respecto?
Aspectos como el abandono hacen que una persona no se sienta parte de una comunidad, un espacio, una familia. Por ende, se crea un estado de soledad que no le va a permitir tener una razón o un proyecto de vida al adulto mayor. En la medida en que se sienten solos e inútiles entran en un estado de depresión que los puede llevar al suicidio. Este tipo de conductas se puede presentar en cualquier persona que sienta que no hace parte de un círculo social.
¿Qué recomendaciones les daría a las personas que tienen adultos mayores dentro de su núcleo familiar? 
Es importante hacerle sentir a los adultos mayores que son útiles. Que su sabiduría es importante. Es indispensable que estén activos, dentro de sus posibilidades. Que hagan parte de espacios con personas en sus mismas condiciones. Que se sientan apoyados y protegidos por su propia familia.
¿Qué medidas considera que deberían tomar las instituciones del Estado en cuanto a esta población?
Una de las medidas sería darle una mejor calidad de vida a estas personas, ya que existen distintos centros, por ejemplo de caridad, otros donde se les da una atención primaria: alimento, vestido, cuidados paliativos. Además hay otros que tienen una mejor cobertura, más posibilidades, pero dependen de las capacidades económicas de cada uno. A los centros precarios debe ofrecérsele un mejor acompañamiento. El Estado debe brindarle apoyo desde lo físico y lo mental a esta población. Es importante que cuenten con un buen asistencialismo, pues son personas que se convierten en dependientes de otras.
En el barrio La Floresta, al Occidente de Medellín, se encuentra el Hogar Mi Querido Viejo, una obra social fundada hace 26 años por el entonces sacerdote de la Parroquia La Inmaculada, Ernesto Villegas, quien tomó la iniciativa de velar por el bienestar de los adultos de la tercera edad, menos favorecidos del sector.
Esta obra es sostenida en su mayoría, gracias a la comunidad, la cual a través de alimentos, aportes económicos, medicamentos y elementos de aseo contribuye con esta causa. Quienes aportan al sostenimiento del lugar lo hacen dirigiéndose al despacho parroquial. Allí se reciben las ayudas y se encargan de direccionarlas para que lleguen al asilo, el cual se encuentra ubicado a una cuadra y media de distancia, aproximadamente.
“Yo llevo cuatro años llevándole medicamentos a las personas del asilo. María Eugenia Yepes es la hermana y secretaria del padre Jorge Alberto, ella es la persona encargada de recibir las ayudas. Un día tuve la oportunidad de entrar al Hogar Mi Querido Viejo y ver en qué condiciones vivían los ancianos, es un lugar muy agradable”, señala Antonio Rodríguez, habitante del sector.
Este hogar está ubicado en una casa de dos pisos. Algunos habitantes del barrio desconocen la presencia del asilo destinado a velar por aquellos que poco a poco, por diferentes circunstancias de la vida, han quedado en el olvido, pero que encuentran en el mismo espacio la posibilidad de convivir y hacer más llevadera la última etapa de la existencia.
Existen asilos públicos y privados. Algunos se sostienen gracias a la generosidad de la gente, como por ejemplo es el caso de El Hogar Mi Querido Viejo, pero hay otros, como el Refugio Santa Ana, ubicado en el barrio Calasanz, en el que se debe pagar una mensualidad por cada adulto mayor que se desee tener allí. Hay dos tarifas: $1.600.000 y $1.800.000. Se puede elegir entre pabellón general o habitaciones individuales.
Las condiciones en las que se lleva esta etapa de la vida están netamente ligadas a la situación económica que se tenga y al núcleo familiar. Se puede vivir en asilos de caridad o en hogares amplios con una gran cantidad de comodidades, todo depende de los recursos que existan de por medio.
Algunas personas, como Teresa, viven solas en una pensión, otras ni siquiera tienen un techo donde refugiarse. Esta etapa para muchos es hermosa, pero para otros es un verdadero martirio por las condiciones en las que deben sobrellevarla.
En la ciudad existen varios Centros de Vida, lugares en donde se les brinda una atención integral a los adultos mayores. La Alcaldía de Medellín tiene previsto incrementar el número de estos espacios para beneficiar así a más de 1.900 personas.
Teresa suele ir a misa a la Iglesia de la Candelaria. En Dios encontró un amparo para sobrellevar la soledad en la que vive, y en los libros, un refugio enriquecedor que nutre su ser. Tiene varios hermanos, pero hace mucho tiempo no los ve. De hecho, a Óscar Iván, uno de ellos, lo vio por última vez hace 14 años. Le duele saber que la han dejado en el olvido y que todos viven en unas buenas condiciones, al punto de tener varias propiedades.

“Hay gente de muy buen corazón que lucha  por sus papás hasta que los entierra. En cambio hay otros que los abandonan, como que les estorban ya por su edad. Sería ideal que la gente tuviera más buenos sentimientos y que no los despreciaran.”, apunta Teresa.

jueves, 1 de diciembre de 2016

El periodismo: un verdadero arte

A lo largo de los años he oído mencionar el nombre de periodistas de gran reconocimiento y trayectoria. Uno de ellos corresponde a Leila Guerriero, una argentina amante de las letras que llegó al periodismo sin haberlo estudiado, pero que se convirtió en el referente y el ejemplo a seguir de muchas personas alrededor del mundo, gracias a sus publicaciones, conferencias y posturas en torno a este.

Hecho que hace que me cuestione un poco en cuanto a la importancia de estudiarlo. Lo digo porque muchas personas como ella, lo ejercen de forma empírica, es decir, no tienen un título que los certifique como periodistas. Y me pongo a pensar en la gran cantidad de personas que ocupan un lugar, por ejemplo en los canales de televisión, y están ahí simplemente por rosca o porque físicamente cuentan con una serie de atributos que los catapultan a estar al frente de una pantalla.

Algunas reinas de belleza terminan su participación en diferentes concursos y aparecen a los pocos meses, como por arte de magia, presentando en un noticiero o en un magacine. Otras personas terminan en el periodismo gracias a su talento con las letras y se convierten en grandes del oficio.

Quienes están detrás del periodismo, tienen en sus manos una gran responsabilidad, informar de manera veraz lo que acontece. Contar de la mejor manera posible la realidad que se teje. Hacer historia a través de múltiples narraciones que permiten rememorar hechos que quedarán en la memoria de muchos.

Un texto que atrapa

Zona de obras es el único libro que he leído de Leila Guerriero. Debo decir que la lectura fue muy amena, pues me gustó mucho su estilo, el juego que hace con las palabras y la sinceridad que devela en medio de estas. Una obra que reúne conferencias, ensayos y columnas y que permite ver de cerca algunas de sus experiencias en medio del ejercicio del periodismo, y la postura que tiene frente a este.

Al periodismo le resultan muchos “apellidos”: cultural, deportivo, narrativo, económico y demás. Me parece genial que alguien se especialice en una línea en particular, aunque dicen que un buen periodista es aquel que está en condiciones de escribir sobre cualquier tema, y lo más importante, es que sepa hacerlo bien.

Particularmente, me inclino mucho por el periodismo narrativo, creo que las historias no se deben contar a secas. Hay que encontrar la armonía perfecta. Buscar la manera de que las palabras encajen meticulosamente y den rienda suelta a estas. Que sean fascinantes, que atrapen, que conmuevan, que generen algo en el lector más allá de informarlo, pero detrás de todo esto debe haber un trabajo a conciencia, una preparación que permita tener las herramientas y los elementos suficientes para poder construir un texto adecuado.

El periodismo narrativo tiene sus reglas y la principal, perogrullo dixit, es que se trata de periodismo. Eso significa que la construcción de estos textos musculosos no arranca con un brote de inspiración, ni con la ayuda del divino Buda, sino con eso que se llama reporteo o trabajo de campo, un momento previo a la escritura que incluye una serie de operaciones tales como revisar archivos y estadísticas, leer libros, buscar documentos históricos, fotos, mapas, causas judiciales, y un etcétera tan largo como la imaginación del periodista que las emprende. (Guerriero, 2015, 32).

Escribir es un arte. Creo que muchas personas pueden inmiscuirse en él y darle su propio toque, su propio tinte. Cada quien tiene su estilo, su forma de plasmar las ideas, de llevar un mensaje, de narrar un suceso.

El periodismo narrativo se construye, más que sobre el arte de hacer preguntas, sobre el arte de mirar. La forma en que la gente da órdenes, consulta un precio, llena un carro de supermercado, atiende al teléfono, elige su ropa, hace su trabajo y dispone las cosas en su casa dice, de la gente, mucho más de lo que la gente está dispuesta a decir de sí misma. (Guerriero, 2015, 34).

Si me diera a la tarea de elegir los mejores fragmentos del texto, sería un poco complicado. Creo que es un muy buen material para quienes tenemos inclinación por el periodismo. Es una obra que vale la pena, en donde los lectores se van a encontrar con muchos elementos enriquecedores. Hay muchas frases que captaron mi atención, una de ella fue: “Un periodista narrativo es un gran arquitecto de la prosa, pero es, sobre todo, alguien que tiene algo para decir”.

Bibliografía
GUERRIERO, Leila. Zona de obras. México. Editorial Anagrama S.A. 2015